EL SUEÑO DE UN MILLON DE DOLARES
Una didáctica manera de comprender que la igualdad de oportunidades implica que todos los individuos, independientemente de su origen o condición social, deben tener la posibilidad de disponer de los mismos recursos o servicios (las oportunidades) para desarrollar sus vidas. El concepto de igualdad de oportunidades está directamente relacionado con el ideal de justicia. Es evidente que ha habido y hay diferencias entre los seres humanos. De hecho, las diferencias son muy diversas: de índole económica, social, cultural o intelectual. Estas diferencias crean desigualdades, lo cual provoca un sentimiento de rechazo en algunas personas, quienes consideran que es injusto que unos tengan mucho de todo y otros no tengan prácticamente nada simplemente por alguna circunstancia ajena a su voluntad.
EL SUEÑO DE UN MILLON DE DOLARES
Tomado de la Revista «The Freeman». Traducciones: CEES.
Hace poco tuve un sueño inquietante y revelador. Soñé que era el afortunado poseedor de un millón de dólares y que nunca más tendría que trabajar.
Inmediatamente di rienda suelta a mi imaginación y pensé en los cientos de cosas que en adelante podría hacer con mi millón de dólares. Planeé cómo obtener lo mejor y más caro que el dinero pudiera comprar. Compraría una casa grande y lujosa; el automóvil deportivo más costoso del mundo. En cuanto a vestuario, únicamente compraría lo mejor y más fino. Viviría lujosamente. Vería tornarse en realidad mis más caros deseos y nunca más tendría que trabajar.
Apresuradamente me vestí y sintiendo hambre, descendí ansioso de desayunar previo a poner en obra mis planes; pero tuve la desagradable sorpresa de encontrar que no había absolutamente nada que comer. Mi esposa lloraba amarga e inconsoladamente. Los comestibles que había ordenado el día anterior, no le habían sido entregados. La botella de leche y la copia del periódico matutino que usualmente hacían su aparición en el pórtico, esta vez brillaban por su ausencia. Traté de llamar al supermercado, pero la línea estaba muerta. Entonces me dije: «bien, tomaré un paseo y traeré algo para el desayuno».
Pero al salir, cuál no seria mi sorpresa al ver que las calles estaban completamente desiertas. El silencio era agobiante. No se miraban carros, ni autobuses, ni tranvías. Nada. Pensando que algo anormal ocurría en mi vecindario, me dirigí caminando al otro extremo de la ciudad. Ni siquiera un tranvía se movía, el silencio continuaba siendo monótono y pesado.
De repente empezó a aparecer gente en la calle al principio unos pocos, después muchos y al final cientos. Me uní al grupo y empecé a indagar: «¿Qué sucede? ¿En dónde podré comprar comida?» Y obtuve la respuesta, «¿No lo sabe usted? Todo el mundo es poseedor de un millón de dólares y por consiguiente, nadie tiene que trabajar de ahora en adelante».
La respuesta me dejó atónito. Pensé que se había cometido algún error. Que sólo yo había obtenido un millón de dólares.
Pero aparentemente no había tal. Era la agobiante y penosa realidad. Todos eran dueños de una fortuna y consecuentemente consideraban que para ellos había terminado para siempre la necesidad del trabajo.
En un acceso de ciega furia, consecuencia de la frustración, tuve que dar por descartados mis ambiciosos planes.
Y al mismo tiempo, comprendí cómo una revelación y como nunca antes lo había comprendido, la interdependencia mutua que existe entre los hombres; y comprendí también que por pequeña que fuera mi contribución, era necesaria para el bienestar de todos mis congéneres, pues no es el dinero en sí lo que constituye la riqueza; sólo es un simple medio que facilita el intercambio.
Por fin desperté de lo que resultaba ser una pesadilla. El sol brillaba en el horizonte y los pájaros cantaban en el exterior. En la cocina mi esposa se afanaba preparando el desayuno.
Miré por la ventana y vi un mundo de gente rumbo a sus tareas diarias, donde cada uno contribuiría en mayor o menor escala a mi bienestar y a mi vida, como yo a mi vez lo haría a la de ellos, lo cual me llenó de gozo y satisfacción.
Fuente: http://www.biblioteca.cees.org.gt/topicos/web/topic-158.html
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